La vida en pareja es un camino que se recorre juntos, pero siempre debemos recordar que cada uno tiene su propio espacio y su propio crecimiento individual. Aquí te presentamos cuatro cosas que no debes pedirle a tu pareja:
- Que te haga sentir seguro/a: Todos luchamos con nuestras propias inseguridades y miedos. Es natural buscar consuelo y seguridad en nuestra pareja, pero la verdadera seguridad debe venir de nuestro interior. Nadie más puede resolver nuestras inseguridades por nosotros.
- Amor incondicional a nivel infantil: Cuando somos niños, esperamos que nuestros padres nos amen incondicionalmente, incluso cuando hacemos berrinches. Pero en una relación de pareja, debe haber límites y respeto. El amor incondicional no significa que debemos soportar comportamientos negativos o perjudiciales.
- Que satisfaga todas tus necesidades: Nadie es adivino para conocer todas nuestras necesidades y expectativas. En lugar de esperar que nuestra pareja adivine nuestras necesidades, debemos ser capaces de reconocerlas, solucionarlas y si es necesario comunicarlas de manera efectiva.
- Que sea el motivo de tu vida: Es maravilloso compartir la vida con alguien, pero no debemos olvidar que cada uno de nosotros tiene su propio camino. Tu pareja no puede ser tu única razón para vivir; cada uno debe tener sus propios proyectos y sueños personales.
Las relaciones de pareja se construyen sobre la base del respeto mutuo, la comunicación y el amor. Pero esto no significa que nuestra pareja deba ser el centro de nuestra existencia.
En lugar de pensar que tu pareja es tu todo, imagina tu relación como tres círculos solapados: tu vida, mi vida y nuestra vida. Cada uno tiene su propio espacio para crecer y aprender, y también un espacio compartido donde crecer y aprender juntos.
La clave para una relación sana y feliz es encontrar un equilibrio entre estos tres círculos. La pareja debe ser un complemento de nuestra vida, no el centro de ella. El amor propio y la autocomprensión son fundamentales para lograr este equilibrio y para tener una relación satisfactoria y enriquecedora.